Entrenamientos para personas con enfermedades crónicas
Casi cualquier persona a lo largo de su vida puede practicar alguna actividad física, incluso si enfrenta desafíos de salud (enfermedades cardíacas, artritis, dolor crónico, presión arterial alta o diabetes).
De hecho, el ejercicio regular puede ser beneficioso, pero es esencial adaptar el tipo, la intensidad y la duración del entrenamiento a las necesidades y limitaciones específicas de cada persona. Se debe inician gradualmente y se aumentan progresivamente.
Antes de comenzar cualquier programa de ejercicios, es importante consultar a un especialista para que su actividad física sea adecuada para el estado de salud y, de esta forma, que no influyera negativamente en su capacidad para mantener su estilo de vida.
A continuación, os dejamos algunas pautas generales para entrenamientos adaptados a las enfermedades más comunes. Os aconsejamos visitar el centro para una mayor revisión al caso personal de cada paciente, así como favorecer el ejercicio fijando bien la técnica.
Diabetes:
- Ejercicio aeróbico de intensidad moderada.
- Evitar ejercicios de alta intensidad.
- Realizar al menos 150 minutos de ejercicio aeróbico a la semana, o según las recomendaciones de su médico.
Enfermedades cardiovasculares:
- Combinar ejercicios aeróbicos con ejercicios de resistencia.
- Controlar los niveles de azúcar en sangre antes, durante y después del ejercicio.
- Evitar ejercicio extenuante si tienes neuropatía periférica.
Artrosis:
- Ejercicios de bajo impacto.
- Fortalecimiento muscular para estabilizar las articulaciones.
- Evitar ejercicios de alto impacto que puedan dañar las articulaciones.
Enfermedades pulmonares crónicas (EPOC):
- Ejercicios de resistencia para fortalecer los músculos respiratorios.
- Ejercicios aeróbicos suaves para mejorar la resistencia.
- Evitar ambientes con contaminación del aire
Obesidad:
- Combinar ejercicios aeróbicos y de fuerza para quemar calorías y aumentar la masa muscular.
- Mantener un déficit calórico para perder peso de manera segura.
Enfermedades neuromusculares:
- Ejercicios de bajo impacto: optar por actividades como natación o hidroterapia.
- Cardio moderado: Caminar, andar en bicicleta o usar máquinas elípticas según la capacidad individual.
- Incluir estiramientos para mejorar la flexibilidad.
Cáncer:
- Ejercicios de intensidad moderada para reducir la fatiga y mejorar el bienestar.
- Ejercicios de resistencia para mantener la fuerza.
El ejercicio puede contribuir a mantener un peso saludable, lo que a su vez puede aliviar las molestias en las rodillas o caderas.
El aumento de peso puede entorpecer el proceso de recuperación y empeorar ciertos tipos de dolor. Es esencial escuchar las señales de su cuerpo durante la actividad física.
Evite excederse incluso en los «días buenos», si experimenta dolor, hinchazón o inflamación en una zona específica de la articulación, considere enfocarse en otras áreas durante uno o dos días. Si siente molestias o dolor inusual, busque atención médica de inmediato.
Por supuesto, haga ejercicio con la ayuda de un profesional. En Kime tenemos profesionales que le apoyarán, ayudarán y adaptarán las sesiones según sus estados de dolor y ánimo.
«Todo es intentarlo»
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