Podología infantil. 

¿Por qué es importante?

Los primeros años de vida son cruciales para diagnosticar a tiempo patologías. Realizar una revisión podológica nos asegura un control y diagnóstico precoz de posibles problemas mayores en un futuro.

 

Acudir a un experto y obtener un control en el crecimiento y los tratamientos preventivos necesarios, evitará problemas en otras estructuras como las caderas o las rodillas. Detectar una mala posición o patologías en fase de crecimiento hace posible, en mayor medida, su corrección.

 

Las patologías infantiles más habituales son:

  • Uñas encarnadas
  • Verrugas plantares
  • Pie de atleta
  • Exceso de sudoración
  • Pie plano
  • Pie cavo
  • Marcha en aducción
  • Metatarso aducto
  • Marcha de puntillas

Desde KIME os aconsejamos:

  • Entre los 0 y 3 años permitir que el niño camine descalzo el máximo tiempo posible, ya que los pies es una de las áreas más importantes para su desarrollo
    neurológico por la gran cantidad de receptores nerviosos. De esta forma no se
    interferirá entre el medio y el sistema nervioso central.
  • Entre los 3 y los 7 años se puede realizar una exploración biomecánica y en función del diagnóstico se puede valorar si es necesario recomendar ejercicios e incluso el uso de plantillas en algunos casos.
  • A partir de los 8-9 años, gran parte de las torsiones y rotaciones ya han tenido lugar y ciertas correcciones según qué patología serán un poco más complicadas de realizar, dado que esta marcha ya se asemeja más a la de un adulto

 

Signos de alerta:

  1. Alineación de las piernas: las rodillas están giradas hacia afuera ( piernas arqueadas) o por el contrario las rodillas se juntan ( piernas en x).
  2. Apariencia del pie: arcos plantares muy altos o muy bajos ( pies planos) o pies que se giran hacia adentro o hacia afuera.
  3. Caminar de puntillas o cojear (a partir de los 3 años no es común).
  4. Deformar o desgastar excesivamente el calzado, más por un lado que por otro.
  5. Solo puede caminar distancias cortas sin quejarse.
  6. Tropieza o cae con cierta frecuencia o parece torpe.
  7. Se queja de dolor en la pierna y el pie.

El cuidado de las uñas y la elección del calzado también es determinante para evitar problemas.

En KIME os enseñamos la forma correcta de cortar bien las uñas y otros consejos para que vuestros pequeños no sufran de uñas clavadas, ya que es un motivo muy común en consulta .

 

El uso de un buen calzado es crucial en la prevención de algunas patologías o deformidades, ya que este también puede influir en las uñas (dándose uñas encarnadas) y en la anatomía del pie (dándose dedos superpuestos o rotados y molestias en distintas zonas de toda la extremidad inferior).

Se debe alternar entre calzado deportivo y botas, ya que si acostumbramos al pie a un mismo modelo de calzado puede que no se desarrolle correctamente.

«Muchos problemas que de adulto no tienen solución, en la infancia sí.»

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